Las naciones que componen el
antiguo Cercano Oriente son Sumeria, Egipto, Palestina, Siria y Persia.
Contrario a las creencias de las civilizaciones del antiguo lejano Oriente
(China e India), estas naciones del Cercano Oriente entendían que el ser humano
tenía el derecho natural de involucrarse en actividades físicas productivas en
su vida diaria.
Fundamentalmente, la educación física formó parte de
estas sociedades con el fin de educar al individuo física y
moralmente, de manera que estuviera preparado
para conflictos bélicos. Vemos que este enfoque no era una
preventivas ni terapéutico, sino simplemente militarista.
Sumeria y Egipto son comúnmente reconocidas como la cuna de la
civilización (5000 antes de Cristo). A estas sociedades, le siguieron las
naciones de Asiria, Babilonia y los Hebreos. Estas civilizaciones no fueron
afectadas por el culto religioso, filosofía mística y sociedad rígida que
caracterizaba las naciones del antiguo Oriente Lejano.
Fueron sociedades dinámicas y visionarias, donde se creía en vivir una
vida a plenitud. La participación en actividades físicas era impulsada
particularmente por razones de índole militar y en parte por el avance
espiritual. Sus habitantes se involucraban en una gama amplia de actividades,
desde la equitación y arquería hasta los juegos con bolas y el baile. Estas
actividades formaban parte de su vida diaria común.
Posiblemente, la civilización que mayor impacto tuvo en la educación
física y deportes fue la Hebrea. Esto se debe a su influencia Judeo-Cristiana y
la idea de hermandad y fraternidad en la humanidad. Fuera
del Cristianismo crecieron muchas influencias antagónicas y conducentes
a la educación física.
Egipto (2000 a 30 antes e Cristo) incorporó la educación física con el fin de fortalecer la juventud, aunque tenía un significado religioso. Los jóvenes participaban en programas de ejercicio físicos con el fin de poder desarrollar su fortaleza muscular y tolerancia. Fuera de propósitos militares y de salud, el desarrollo físico de los egipcios estaba dirigido hacia un fin vocacional, recreativo o religioso.
Egipto (2000 a 30 antes e Cristo) incorporó la educación física con el fin de fortalecer la juventud, aunque tenía un significado religioso. Los jóvenes participaban en programas de ejercicio físicos con el fin de poder desarrollar su fortaleza muscular y tolerancia. Fuera de propósitos militares y de salud, el desarrollo físico de los egipcios estaba dirigido hacia un fin vocacional, recreativo o religioso.
El clásico guerrero entrenaba físicamente en cacería, carreras de
carruajes, uso de armas y lucha. Desde el punto de vista recreativo,
sus habitantes (de todas las clases sociales) practicaban la natación, la
cacería y jugaban juegos de bola. El baile y la lucha comúnmente se practicaban
como rituales religiosos. En resumen, se practicaba la lucha, levantamiento de
pesas, deportes acuáticos, música, el baile, gimnasia y juegos
sencillos con una bola.
Todo esto estaba vinculado con la adoración de algún dios. Por
razones de ambiciones imperiales, durante la civilización de la antigua Persia
el entrenamiento físico alcanzó su nivel y prestigio más alto.
La civilización Persia era una nación de conquistadores, donde
su meta principal era la agresión militar. Se consideraba a la educación física
como un instrumento para desarrollar individuos fuertes y vigorosos, con
el objetivo principal de preparar física y moralmente a su
ejército. El estado Persia estructuró un programa de entrenamiento
dirigido hacia la educación física y moral de los jóvenes.

A la edad de seis años se iniciaba en los niños un programa de
entrenamiento riguroso. Este tipo de entrenamiento consistía de caballería
(montar a caballo), arquería, la marcha, la caza y
juegos activos para el entrenamiento de lo físico y para un
compromiso hacia la verdad en la educación moral.
El énfasis era que estos niños aprendieran aquellas destrezas motoras
necesarias para el desarrollo óptimo de un soldado, listo para el combate. Una
vez se alcanzaban los doce años, el niño se sometía a una prueba de sobre
vivencia en un ambiente remoto y hostil. Bajo estas
circunstancias, el prospecto soldado tenía que cruzar ríos a nado con su
armadura, protegerse contra los fenómenos climatológicos y desarrollar
otras estrategias para poder subsistir.
La educación física y salud era, pues, fomentado y dirigido por los
líderes militares. Este abarcador y organizado sistema de entrenamiento muy
particular en la nación Persia la condujo a un triunfo rotundo
durante sus confrontaciones bélicas. Para fines del año 529 después de Cristo,
el Rey Cyrus el Grande logró constituir a un imperio (el Cercano Oriente).
Persia contaba, entonces, contaba con uno de los ejércitos más poderosos. No
obstante, este éxito obtenido durante las campañas militares tuvo su
fin cuando el vicio y la corrupción debilitaron internamente a esta
nación al pervertirse los principios morales y físicos de sus
habitantes. De hecho, fue el fracaso en mantenerse viril y fuerte físicamente y
moralmente lo que llevó a la caída del imperio. Como consecuencia, el ejército
Persa fue derrotado por los estados Griegos emergiendo.
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